Aveces quisiera regresar el tiempo, detener el tiempo en un
solo momento, detener su paso y evitar que el dolor atraviese… pero recuerdo
que soy una mortal y duele… duele tanto como duelen todos esos recuerdos que
golpean mi mente…
Quiero escapar y por
algún motivo no puedo, Vlad me abraza y me deja llorar mientas susurra a mi
oído… a veces no comprendo la profundidad de sus palabras, muchas veces duelen
como balas en el alma, otras tantas consuelan, pero ante todo primero confunden
… quisiera quedarme ahí aferrada a su
abrazo y menguando el dolor, pero no es posible, Vlad es tan dulce, pero al
mismo tiempo llega a ser tan cruel,
nunca podré borrar de mi mente esa frase que me dijo la primera vez que nos encontramos
en la cornisa de la luna … ¡Eres mi victima ideal!, quizás ahora entiendo que
su manera de hacerme sufrir no está en los actos, está en las palabras que
confunden y duelen, en su ausencia, y en
su fría mirada cuando algo no le gusta … se acerca el otoño, se acerca
octubre y esos sentimientos vuelven a
surgir, una culpa que no es mía, un amor a la fantasía de muerte y un intenso
dolor por su ausencia, a veces quisiera regresar en el tiempo y no haber
conocido a H, quizás eso haría que este dolor no existiera, que no atravesara
mi corazón, que la culpa no existiera… pero no era mi decisión, y no podía
adivinar lo que pasaría, cuanto dolería y los rezagos que dejaría, saberlo
cerca y a la vez en la eternidad … quisiera saber cómo sería mi vida si él
siguiera en este mundo, en que habría cambiado mi vida, el mundo, su recuerdo a
veces es difuso ya olvide el tono de su voz, y seguramente he olvidado la gran
mayoría de las palabras que cruzamos, solo queda un recuerdo … borroso,
doloroso…
A veces quisiera retroceder en el tiempo y decirle a mi
abuela lo mucho que la amo, pedirle que
antes de partir me enseñe a aceptar su ausencia, pedirle la infinidad de
abrazos que me hacen falta y las sonrisas que iluminaban el día, quisiera
contarle los millones de planes que tengo hoy día, quisiera escucharla diciendo
mi nombre una vez más, escuchar su risa, y surge ese temor no quiero, no quiero
que su voz y su tacto se vuelvan un recuerdo difuso….
A veces quisiera retroceder en el tiempo y decirme no huyas
de tus imposibilidades huye del dolor que todo lo que viene te producirá, a veces
me pregunto ¿cómo sería el mundo sin mí? … pero el tiempo no regresa, y la
personas que se van no vuelven, las decisiones buena y malas me han conducido a
un lugar que a veces parece el infierno, Vlad está siempre ahí a mi lado,
observando con una dulce mirada o con la mirada más gélida existente, sus
reclamos llevan mi veneno, y no el dulce sabor a muerte, una eternidad nos
separa y si parto antes de tiempo, el brincara entre universos alejándose cada
vez más de mí, no tolero la idea de que un día quizás no vuelva, siempre lo he
considerado lo único realmente mío, es mi espejo, mi ángel y mi verdugo, el
amor que le profeso es indescriptible, sabe herir y sabe curar, pero en
ocasiones su silencio mata …
A veces quisiera retroceder en el tiempo y cerrar a puerta
al dolor, pero el dolor clava la hoz en los resquicios más profundos de mi
corazón, tal como Vlad lo dijo soy su víctima, pero a la vez soy su pequeña niña…
a veces lo odio, pero siempre lo amó, quién más si no él para acompañarme en mi
eterna soledad… nuevamente un ¡pronto! ¡Pronto mi pequeña niña!, y ese cuestionamiento
¿cuándo es pronto? Me he cansado de esperar , a veces no lo puedo soportar, en
ocasiones su ausencia genera angustia y ansiedad.
A veces quisiera adelantar el curso del tiempo y llegar a
esa eternidad.