Confidencias

Estoy de nuevo aquí sentada en la cornisa de la luna, siento su mirada clavada en mi nuca, no es necesario mirarlo a los ojos para reconocer la forma en que me mira, esa tierna y dulce mirada, esa calidez en su sonrisa, esa expresión que no dice nada, pero lo dice todo, esta preocupado ... razones ... hay muchas, mis sentimientos están revueltos, confusos ... el hombre no es hombre hasta que experimenta ilusiones, sueños, amores y culpas...

V:¿En qué estas pensando?

M:En todo lo que imaginas, en todo aquello que no te puedo ocultar, en todo aquello que ilusiona y en todo aquello que lastima, pienso en todas las cosas que me han traído hasta este punto, revivo recuerdos, emociones e ilusiones, pero también culpas.

V: Es parte del vivir, no puedo impedirte hacerlo, pero es agradable que me lo compartas.

M:Eres el único con el que puedo hacerlo, desde hace tiempo sabes que eres el único que puede tener libre y total acceso a mis emociones, a mis pensamientos, hace tiempo dejaste de ser invasivo y hasta cierto punto eres parte de mi.

V: (sonríe y se sienta ami lado, me toma la mano) sólo soy aquello que quieres que sea, aquello que esta dentro de mis... dentro de nuestras posibilidades, tú, me nombraste, me llamaste y te he dicho, estaré hasta que tenga que estar.

Su sonrisa reconforta, sus palabras me hacen pensar, pero el sólo hecho de pensar que un día partirá me atemoriza, es mi ángel, mi amigo, mi compañero, mi eterna soledad, mi confidente y el único ser que me conoce tal cuál, aquel que me abraza y seca mis lágrimas, el que dice lo que quiero escuchar, pero también el que me dice mis verdades, el que convoca al consejo inquisitivo y me pone en mi lugar, mi apoyo incondicional.

Anoche se sentó conmigo y le abrí mi corazón, le hice mis confidencias, hablamos de amor, de aquello que quiero y espero, de esas personas que hacen latir este corazón, de ese amor no olvidado, de ese amor que aún se siente clavado en el corazón, de un amor que ya no es correspondido, pero que sigue siendo un amor puro, que es el amor con el que sueño, y quizás por el que vivo, aunque ese amor ya no es para mi ... hablamos de las palabras del niño dueño de ese amor, de lo que aún siento ... hablamos de otros amores, de amores no correspondidos, de ilusiones amorosas, me miró a los ojos y sello mis labios con un dedo, me miró y dijo PRONTO, no te desesperes ... esa frase aveces la odio.

Su mirada cambio y postro su mano en mi pecho, y dijo, aún duele, hay heridas que no cierran, o no las dejas cerrar, hay sentires que debes liberar, hay personas que debes olvidar, hay culpas que debes desechar, no te puedes martirizar por cosas que no puedes cambiar...y es cierto, hay cosas que duelen y no puedo cambiar, no soy culpable, pero las circunstancias en que se dieron me hacen sentir así, siento el peso de una gran culpa por no tener el poder de cambiar las cosas, por no poder hacer retroceder el tiempo y detener ciertas cosas que aún duelen. Vlad me abrazo y me dijo que hay cosas que no puedo evitar, y que hay cosas que por mucho que desee no puedo cambiar, aveces aún le interrogo por que no podemos ser como ese que llaman Dios... sus respuestas son confusas, pero tiene razón y concluyo  no podemos ser algo que no nos corresponde ser, tenemos limitantes y hasta ese mismo Dios las tiene. No puedo cambiar el hecho de ser una mortal, de ser incomprensible para los demás, y en ocasiones para mi.

Me mantuve largo rato refugiada en su abrazo y en su calor, por vez primera percibí su aroma, aveces siento que pronto, no te desesperes, es como decir dentro de poco lograremos romper la barrera y estaremos juntos, es cierto puede ser sólo una ilusión, pero si eso fuera cierto, sería feliz, más delo que soy en este momento y más de lo que soy cuando, aunque sea en sueños puedo estar entre sus brazos, y veo esa sonrisa que me calma, y me llena de esperanzas.

Quizás soy egoísta con los demás pero hay cosas que sólo le puedo confiar a Vlad, no por seguridad, no por que no confíe en los demás simplemente es por que hay cosas que son sólo mías y de él, odio admitirlo, pero aveces también de aquellas otras 2, que conforman el consejo inquisitivo y de quienes después les hablare.